Es algo así como el «automundo» del perro. Su propio mundo desde el cual podemos entender cómo ve el animal la realidad. Las personas también creamos nuestro propio umwelt. Rodeamos nuestra vida con las cosas que más nos gustan y con objetos que significan algo para nosotros. Y lo que para unos tiene un especial significado, para otros pasa desapercibido.

Lo mismo ocurre con los perros. En nuestra relación tan cercana con ellos, muy a menudo, se produce un choque entre nuestro umwelt y el suyo. Aunque son muy parecidos a nosotros y compartimos muchas cosas, no perciben el entorno exactamente como nosotros. De ahí que, muchas veces, no seamos capaces de entenderlos (y ellos tampoco a nosotros) y que interpretemos sus comportamientos como conductas malas o poco apropiadas.

Por ejemplo, los objetos y las cosas materiales no tienen el mismo significado para las personas que para los perros. Lo que para ti es esa preciada alfombra de cachemira, para tu perro puede que no sea más que un interesante y divertido objeto para morder y pasar un rato divertido.

Son pequeños detalles de la vida diaria que no percibimos con los mismos ojos. De hecho, aprender a ver un poco el mundo desde la perspectiva de un perro y conocer su umwelt nos ayudaría a evitar ciertos problemas y a no antropomorfizar demasiado.