
Como el perro y el gato
Se suele hablar de que los perros no se llevan bien con los gatos y, es más, los primeros tienden a perseguir a los segundos.
Los perros simplemente lo hacen por su instinto depredador (de caza). Y si hay algo que puede despertar más ese instinto, es un felino en movimiento.
Se trata de un comportamiento innato genéticamente transmitido.
Además, otro detalle, es que se comunican corporalmente de forma distinta y eso hace que no se entiendan. Generalmente, cuando los perros mueven la cola, se debe a un estado de alegría. Sin embargo, los gatos mueven la cola cuando se sienten irritados, molestos e incluso con intenciones de atacar. También el gato arquea el lomo cuando quieren que lo acaricien, pero los perros lo hacen como señal de ataque.
Pero esto no es más que una aparente imposible convivencia:
Perros y gatos pueden, y de hecho, conviven juntos en la actualidad en muchos hogares. Y, no sólo conviven o se respetan, sino que pueden llegar a estrechar unos fuertes lazos.