
Qué es el «Maneki-neko »
imagen de portada: by Alain Pham on Unsplash
Maneki, significa «invitar a pasar» y neko, «gato».
Literalmente, «el gato que invita a pasar»
El maneki-neko es el gato de la suerte o gato de la fortuna. Es una escultura japonesa que, se supone, da suerte a quien lo tiene. Dicho amuleto se suele colocar en las tiendas y en los hogares, para atraer a los clientes y al dinero.
La curiosa figura está inspirada en la raza «Bobtail japonés» y se representa con su patita izquierda levantada. Este gesto, a menudo, es confundido con un saludo; pero no es así. Puesto que en la cultura japonesa no se saluda levantando el brazo o la mano, como hacemos los occidentales. Ese gesto es más bien una llamada, un convite.
En las versiones originales, creadas en formatos de cerámica y porcelana, el brazo del gato permanece estático. Pero seguro, que a día de hoy, has podido ver, en una divertida versión occidental, figuras en las que el brazo se mueve incansablemente de abajo hacia arriba.
Existen 3 versiones diferentes sobre la historia de esta peculiar figura, pero vamos a contarte la más popular:
Leyenda sobre su orígen
En la era de Edo, había en Tokio, un templo que se encontraba prácticamente destruido. El sacerdote que habitaba en dicho templo era pobre y apenas tenía recursos. Aún así, compartía el poco alimento que tenía con su gata llamada, Tama.
Un día, un señor feudal, muy importante y adinerado, de nombre Naotaka II, se encontró sorprendido en medio de una tormenta. Se acobijó debajo de un árbol para esperar a que ésta cesara y fue, entonces, cuando vio un felino de tres colores: blanco, negro y marrón que le levantaba una pata como avisándole para que se acercara. Naokata se levantó y se dirigió hacia la gata que le llamaba haciéndole gestos. Y, justo en ese momento, un rayo cayó sobre el árbol en el que había estado resguardado.
Naokata pensó en lo sucedido y considero que Tama le había salvado la vida. En agradecimiento, mandó reparar el templo y al sacerdote y a su gata, nunca les volvió a faltar de nada para vivir.
Así que cuando Tama murió, recibió un digno y solemne entierro en el cementerio para gatos, situado en el templo Goutokuji, y se creó el maneki- neko en su honor.