María Pinilla Oyón

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Antes de adoptar, reflexiona

Queremos animarte a que adoptes bajo nuestro eslogan: «Siente la magia de adoptar», porque realmente lo percibimos así. Pero, ya que todo el mundo no somos igual, también nos gustaría que te parases a reflexionar en ciertos aspectos que supone tener un animal, para que la adopción se haga siempre de una forma responsable y meditada.

Piensa que una parte de esos animales que se encuentran en un refugio, son fruto del capricho de personas irresponsables que, en su día, no se pararon a pensar en lo que suponía tener un animal. Procura no cometer tú el mismo error. Adoptando salvas una vida, pero también adquieres un compromiso. Ese animal, es un ser vivo víctima del abandono y del maltrato, que va a depender de tus cuidados. Sin ti estaría desprotegido.

Hazte las siguientes preguntas:

 

¿Qué te mueve a querer adoptar un animal?

No puedes dejarte llevar solo por el mero hecho de que te parece bonito, te enternece o te da pena su situación. Eso dice mucho de ti como persona pero, lamentablemente, no es suficiente.

Tampoco puede ser una razón de peso el que tus hijos pequeños te lo pidan. Depende de su edad, los niños no pueden hacerse cargo de determinadas tareas y la responsabilidad del cuidado del animal acabará recayendo, enteramente, en ti; aunque también es cierto que somos partidarios de que los niños crezcan y aprendan a convivir con animales, pues esta experiencia es muy enriquecedora y aporta muchos beneficios. No obstante, como persona adulta, eres tú quien debe decidir si quieres o no tener un animal.

También debes pensar que ese adorable y pequeño cachorro, que tan entrañable te parece y que ahora puedes coger en brazos, con los meses crecerá. Piensa si para ti después va a resultar un estorbo o ya no lo vas a querer.

 

¿Tienes tiempo? ¿Qué clase de vida llevas?

Los animales necesitan que les dediques tiempo. Piensa en el ritmo de vida que llevas diariamente, tu trabajo, si viajas mucho, etc. Ellos necesitan un buen espacio donde estar cómodos, pero también salir a pasear, jugar, que les enseñes algunas normas de comportamiento y ese preciado momento de compañía, caricias y atención. Si no vas a saber valorar ese tiempo que estéis juntos y lo vas a ver como un sacrificio, mejor no des el paso.

Por supuesto, dan trabajo, pero lejos de todo eso, debes aprender a verlo como una buena inversión de tu tiempo, no como una pérdida del mismo. Aprovecho para añadir aquí que, como ejemplo de civismo, deberás también recoger sus excrementos cuando salgáis a pasear.

 

¿Cómo eres? ¿Qué carácter tienes?

Deberías tener en cuenta si tu forma de ser será compatible y se va equilibrar bien con el temperamento del animal que quieres adoptar. Por ejemplo, si eres una persona muy activa o te gusta practicar algún deporte, podría encajarte más algún tipo de perro enérgico y fuerte con el que poder compartir tus ratos de ocio. Pero si te consideras más bien una persona sedentaria y tranquila, deberías buscarte un perro de carácter calmado, al que no le haga falta hacer demasiado ejercicio para quemar toda su energía. Si no, podría derivar a futuros problemas de conducta no deseados.

 

¿Te lo puedes permitir económicamente?

Los animales también generan gastos. Principalmente, gastos de alimentación y veterinarios. Debes comprarle pienso, desparasitarle, ponerle vacunas e, incluso, intervenirlo quirúrgicamente o tratarlo médicamente si se pone enfermo. Además de comprarle otros utensilios que pueda necesitar: collares, correas, arneses, juguetes, una caseta, una cama, comedero y bebedero, transportín, etc.

 

¿Tienes otros animales?

Nosotros somos de la opinión de que «mejor dos» (o más). Siempre se harán más compañía cuando tú no estés en casa, se relacionarán, jugarán, dormirán juntos, etc. Pero es importante que valores si serán compatibles por el carácter que uno de ellos, o ambos, puedan tener o por las especies de animales de la que estemos hablando. Si no se aceptasen, de inicio es importante y suele tener resultado, concederles un tiempo de prueba o de adaptación.

Con esto no queremos, ni mucho menos, desanimarte, estamos aquí justamente para todo lo contrario. Pero no queremos engañarte y deseamos mostrarte también la verdad del día a día para que, si decides adoptar, disfrutes plenamente del hecho de haber realizado tan preciosa acción.

 

Si ya has reflexionado y decides continuar …

Enhorabuena,

Aparte de, como ya hemos mencionado, salvas una vida (algo que ya es una razón de peso indiscutible). Aunque más bien, deberíamos decir que salvas dos vidas: al adoptar, salvas la vida del animal al que has decidido dar un nuevo hogar y, a la vez, dejas un hueco libre para que puedan rescatar y acoger, en su lugar, a otro animal abandonado que lo necesite. Un animal que sale y otro que entra.

El cariño incondicional y la lealtad que aportan es inmenso y, aunque siempre hablamos de responsabilidades, la compensación que recibes es mucho más gratificante. Hacen mucha compañía, ya solo por el mero hecho de estar a tu lado. Nos mantienen activos animándonos a pasear y a sociabilizarnos, jugamos con ellos, nos aportan segurirad y nos hacen sonreír.

Estudios demuestran que  los niños que crecen y se desarrollan rodeados de animales tienen un sistema inmunitario más fuerte, padecen menos alergias y sufren menos infecciones respiratorias y de oído. Además, cobran un mayor sentido de la responsabilidad y se educan bajo bases de respeto, empatía y buenos valores. Son niños que de adultos serán más sociables, más sensibles y con más autoestima, desarrollando así, su inteligencia emocional. Es precioso ver interactuar a los niños con los animales. Se crea entre ellos un vínculo afectivo muy especial, son un divertido pasatiempo ya que juegan mucho juntos, comparten cosas y se divierten.

 

Las ventajas de acariciar a tu perro

Los expertos dicen que tener animales reduce los niveles de estrés, y acariciarlos eleva los niveles de oxitocina (hormona del amor) y de cortisol.

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